Lydius - Puerto Franco
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La Casta Blanca

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Mensaje  Morgana Dom Oct 17, 2010 2:39 pm

también podría llamarse "los Iniciados, esos incomprendidos". Visto que hay un cierto interés por esta casta y que me han pedido que busque información, os dejo aqui la primicia que después colgaré también en el foro de gor hispano.

Traducido de: The Annals of Gor: http://www.moonproductions.com/Fantasy/Gor/theinitiates.html

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LA PRIMERA DE LAS CASTAS ALTAS

La auto-proclamada casta más alta de las Castas Altas (y casi universalmente aceptado) es la de los Iniciados. El color de la casta de los Iniciados es el blanco, que denota imparcialidad. Los Iniciados son los que se proclaman a sí mismos representantes de los Reyes Sacerdotes, responsables de guiar la vida espiritual de los Goreanos a través de sus rituales y plegarias a los Reyes Sacerdotes, aunque esto es objeto de controversia. Visten ropas blancas, llevan la cabeza y el rostro afeitados. No les está permitido comer judías ni carne y deben abstenerse del alcohol. Conversan entre ellos en un goreano arcaico que ya no se utiliza por la gente común e incluso realizan sus servicios religiosos en esa lengua antigua. Están educados en los misterios de las matemáticas. Los Iniciados se consideran a sí mismos como la casta más alta y superior a todas las otras del planeta.

“Ellos se consideran a sí mismos como la casta más elevada, y en muchas ciudades también lo ven así”
Intrusos de Gor, pág. 28 versión inglesa

“El banco más bajo, pintado de blanco, les estaba reservado a los Iniciados, los intérpretes de la voluntad de los Reyes Sacerdotes.”
Guerrero de Gor, pág. 61 versión inglesa.

“El cilindro era blanco, un color que en Gor es símbolo de imparcialidad. El color también indicaba que la justicia practicada en esa torre era la justicia de los Iniciados.”
Guerrero de Gor, pág. 194 versión inglesa.

“Los Iniciados visten habitualmente de blanco y llevan la cabeza rapada, se supone que se abstienen de tomar alcohol y comida. En algunas ciudades tienen bastante poder y en otras abarcan ampliamente la vida de la comunidad. Sus templos están profusamente decorados y ornamentados, aunque hay muchos que se muestran muy austeros, dependiendo de la ciudad o del tipo de comunidad. el Iniciado Jefe dice ser el Jefe de los Iniciados de todas las ciudades, haciendo todos ellos la misma afirmación. El símbolo de los Reyes Sacerdotes es un gran círculo de oro, el símbolo de la eternidad, colocado en el altar mayor de cada templo. De igual modo, el “signo de los Reyes Sacerdotes” es un movimiento circular cerrado. Las castas bajas parece que se toman las enseñanzas de los Reyes Sacerdotes más en serio que las castas altas”.
Bailarina de Gor, pág. 280 versión inglesa

“Se hallaba escoltado por Iniciados de categoría inferior, con sus vestiduras blancas y sus cabezas rapadas.
Los Iniciados no comen carne, ni judías. Están versados en misterios de las matemáticas. Conversan entre ellos en goreano arcaico, lengua que la plebe ya no habla. Sus ceremonias se ofician asimismo en este lenguaje. Algunos fragmentos sin embargo, se traducen al goreano contemporáneo. Cuando vine por vez primera a Gor, me vi obligado a aprender ciertas extensas oraciones a los Reyes Sacerdotes, pero nunca llegué a dominarlas del todo, y, actualmente, hacía mucho que las había olvidado.”
Intrusos de Gor, pág. 26 versión inglesa

Organización y educación

Los Iniciados son una casta bien organizada y trabajadora. La casta es responsable de construir los monasterios, templos y otros lugares sagrados. A menudo un Iniciado puede viajar cientos de pasangs y facilmente encontrar una casa de Iniciados donde refugiarse al caer la noche.

“Los iniciados son una casta poco menos que universal, bien organizada y laboriosa. Disponen de numerosos monasterios, recintos sagrados y templos. Un iniciado puede muchas veces recorrer cientos de pasangs y pernoctar siempre en una casa de iniciados.”
Intrusos de Gor, pág. 28 versión inglesa

La educación de los Iniciados, exceptuando las matemáticas, tiene poco valor práctico, dedicando su tiempo a tediosos textos y observando su propio calendario (que difiera del calendario común), y aprendiendo sus exhaustivos rituales. Estas enseñanzas se realizan de forma colectiva, de forma que no solo les hacen sentir diferentes del resto de goreanos, sino que también les mantienen apartados de los demás, especialmente de aquellos de las castas bajas. Los de las otras cuatro castas altas no tienden a tomar en serio a los Iniciados. Las castas bajas, sin embargo, son mucho más supersticiosas y, aunque pueden tener dudas sobre lo que predican los Iniciados, es sabido y absolutamente aceptado que ellos son, de hecho, Reyes Sacerdotes y la evidencia de eso incluye la Llama de la Muerte. Por lo tanto, antes de arriesgarse a provocar la ira de esas criaturas, el goreano paga obedientemente sus cuotas y mantiene los ricos templos, manteniendo así su alma en paz. Por supuesto, con esta casta hermética abundan los rumores sobre las grandes magias y hechizos que figuran en los textos arcaicos de los Iniciados.

“Ordinariamente, su cultura tiene, sin duda, poco valor práctico; se centra en las autorizadas exégesis de textos dudosos y difíciles, que se pretende son las revelaciones de los Reyes Sacerdotes; los detalles u observancias de sus propios calendarios, sus interminables y enrevesados rituales y demás. Pero, paradójicamente, este tipo de estudios, por faltos de sentido que parezcan, tienen un sutil aspecto práctico, pues conducen a fusionar a los iniciados, a hacerlos interdependientes, y en gran medida distintos de los hombres comunes. Los sitúan aparte y los hacen sentirse importantes y sabios, y especialmente privilegiados.
Existen muchos textos, claro está, que son secretos para la casta, y ni siquiera asequibles a los eruditos. Se dice que contienen maravillosos ensalmos y poderosa magia, en particular si se leen para atrás en ciertos días festivos. En tanto que las castas altas no suelen tomar muy en serio a los iniciados, ni tampoco los miembros más inteligentes de la población, excepto en cuestiones de alianza política, sus doctrinas y su presunta capacidad de interceder con los Reyes Sacerdotes y fomentar la prosperidad de sus partidarios sí que son vistas con respeto por muchas de las castas inferiores. Y numerosos hombres, quienes sospechan que las pretensiones de los iniciados son imposturas, evitarán, no obstante, enzarzarse con la casta. Particularmente, esto es peculiar de los dirigentes civiles, que no desean que el poder de los iniciados vuelva a las castas inferiores contra ellos. Y, después de todo, quién conoce bien a los Reyes Sacerdotes, fuera del hecho evidente de que existen. La barrera invisible que circunda Sardar es prueba de ello, y el control, por medio de la muerte llameante, de las armas e invenciones ilegales. El goreano sabe que los Reyes Sacerdotes existen, quienes o lo que sean. Ignora, desde luego, su naturaleza. Aquí es donde el papel de los iniciados adquiere su máximo poder.
También se enfrenta con una casta social y económicamente potente que pretende ser capaz de mediar entre los Reyes Sacerdotes y el vulgo. ¿Y si algunas de las pretensiones de los iniciados fueran correctas? ¿Y si gozan del favor de los Reyes Sacerdotes?
El goreano común se inclina a proceder con prudencia y respetar a los Iniciados. Frecuentemente, empero, mantendrá con ellos el menor contacto posible, lo cual no significa que no colabore en sus templos y participe con dádivas para aplacar a los Reyes Sacerdotes.”
Intrusos de Gor, pág. 28-29 versión inglesa

“Pese al temor suelen suscitar en las castas inferiores, a los iniciados se les considera un tanto raros y suelen figurar en los burlones chascarrillos.”
Intrusos de Gor, pág. 29 versión inglesa

“Pero los iniciados, como muchas castas goreanas, estaban ligados a la tradición. Además, eran harto poderosos tal como estaban las cosas. Un gran número de goreanos se tomaba con cierta seriedad su pretensión de poder aplacar e influir a los Reyes Sacerdotes. Y esto era ya suficiente. Esto era más de lo que necesitaban para mantener su poder”
Intrusos de Gor, pág. 30 versión inglesa

Las mujeres y los Iniciados

Las mujeres nunca pueden llegar a ser Iniciados. Recordar que esto ya tiene precedentes con respecto a las mujeres y a la religión también en otras cultura.

“Ninguna mujer, por cierto, puede llegar a ser Iniciado”.
Intrusos de Gor, pág. 30 versión inglesa.

Enseñanzas religiosas

Las enseñanzas religiosas son cuidadosamente guardadas por los Iniciados. Poco se explica a las otras castas más allá de la participación en ciertos rituales y ceremonias. Existen las oraciones, pero en “Goreano antiguo” que no es el falso idioma inventado por los roleadores intentando que pase por “verdadero”. Por otra parte, existe un cierto grado de desconfianza entre la Casta de los Escribas y la Casta de los Iniciados, y muy probablemente también entre las Castas Altas y los Iniciados.

“Por extraño que parezca, había poca instrucción religiosa, excepto para fomentar el temos a los Reyes Sacerdotes, y por lo que había, Torm se negó a administrar, insistiendo en que era el área de los Iniciados. Los asuntos religiosos en ese mundo tendían a ser cuidadosamente custodiados por la Casta de los Iniciados, los cuales permitían a los miembros de las otras castas muy poca participación en sus sacrificios y sus ceremonias. Me dieron algunas oraciones a los Reyes Sacerdotes para que las memorizara., pero estaban en goreano antiguo, un idioma conocido por los Iniciados pero que en general no se habla en el planeta, y que nunca me molesté en aprender. Para mi deleite, me enteré de que Torm, cuya memoria era fenomenal, lo había olvidado hacía años. Sentí que existía cierta desconfianza entre la Casta de los Escribas y la Casta de los Iniciados”.
Guerrero de Gor, pág. 40 versión inglesa.

Gobierno de la casta

Los Iniciados están gobernados por los Altos Iniciados repartidos por todo el planeta. Con un planeta tan extenso como Gor, algunas ciudades específicas tienen asignada una “sede” oficial para esos Altos Iniciados. Por ejemplo, la sede del Alto Iniciado del norte es Kassau, que gobierna una extensión de tierra de cientos de pasangs a su alrededor. La siguiente “sede” de Alto Iniciado más próxima a Kassau está a varios cientos de pasangs al sur, en Lydius.

“El Alto Iniciado de Kassau, una ciudad en el linde de los bosques del norte, se sentaba, inmóvil, con sus vestiduras blancas y su mitra, en el trono a la diestra, tras la blanca baranda que separaba el sagrario de los Iniciados del área comunal de la nave, en donde los que no habían sido ungidos por el óleo de los Reyes Sacerdotes debían de permanecer.”
Intrusos de Gor, pág. 25 versión inglesa

“Kassau es la sede del Sumo Iniciado del norte, quien reclama la soberanía espiritual sobre Torvaldsland, cuya entrada se ubica, generalmente, allí donde los árboles comienzan a ralear. Esta reclamación, como muchas de los iniciados, es discutida por pocos e ignorada por la mayoría.”
Intrusos de Gor, pág. 25-26 versión inglesa

“No obstante, lo más destacado de Kassau era que albergaba la sede del Alto Iniciado del norte. Era, por consiguiente, el centro espiritual de una región que se prolongaba cientos de pasangs en derredor. El Alto Iniciado más próximo a Kassau estaba a centenares de pasangs al sur, en Lydius.”
Intrusos de Gor, pág. 28 versión inglesa.

“Miré el inexpresivo rostro, pálido y arrogante, del Sumo Iniciado en su trono.”
Intrusos de Gor, pág. 26 versión inglesa
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Mensaje  Morgana Dom Oct 17, 2010 2:40 pm

El Supremo Iniciado

Por supuesto, especialmente con los Iniciados, prolifera la megalomanía. Uno de esos Altos Iniciados en los primeros días de Ar, se auto-proclamó Supremo Iniciado, el único elegido por los Reyes Sacerdotes para representar a los Iniciados de Gor. Los Altos Iniciados de las otras ciudades no reconocieron esa proclamación, puesto que ellos se veían a sí mismos como soberanos, los depositarios del poder supremo en sus respectivas ciudades. Sin embargo, le pueblo en general se sintió intimidado por ese hombre, quizás debido a las enseñanzas manipuladoras de ese mundo. Los Reyes Sacerdotes, sin embargo, respondieron a su manera a esta afirmación.

“Con un movimiento sorpresa, que quizás podía haberse anticipado, el Alto Iniciado de la ciudad de Ar apareció en el muro. Ese hombre reivindicaba ser el Supremo Iniciado de todos los Iniciados de Gor y tener este nombramiento de los mismos Reyes Sacerdotes. Ni que decir tiene que esa reivindicación no era reconocida por los Jefes de los Iniciados de las ciudades libre de Gor, los cuales se veían a sí mismos como soberanos en sus propias ciudades.”
Guerrero de Gor, pág. 187 versión inglesa.

Una gran voz solemne y hueca retumbó. Todos los ojos de los que habia en el techo se volvieron al sonido de esa voz. El Supremo Iniciado de Ar se puso en pie, separándose con desdén de la masa de figuras envueltas en ropas blancas que se encogían detrás de él. Se dirigió majestuosamente por el tejado. Tanto los hombres de Ar como los de Pa-Kur se echaron atrás. El Supremo Iniciado era un hombre demacrado e increíblemente alto, con las mejillas bien afeitadas, grisáceas y hundidas y salvajes ojos proféticos. Era un asceta, ferviente, siniestro, fanático. Una uña larga como una garra le alzó hacia el cielo con grandilocuencia. “¿Quien desafía el poder de los Reyes Sacerdotes?” preguntó. Nadie habló. Los hombres, en ambos bandos, se replegaron aún más lejos. el propio Pa-Kur parecía impresionado. El poder espiritual del Supremo Iniciado se sentía en el aire. El condicionamiento religioso de los goreanos, aunque fuera basado en la superstición, era tan poderoso como un conjunto de cadenas – más poderoso que las cadenas porque ellos no eran conscientes de que existiera. Temían la palabra, la maldición, de ese viejo hombre sin armas más de lo que hubieran temido las espadas de miles de enemigos
Guerrero de Gor, página 206 versión inglesa.

“Si es la voluntad de los Reyes Sacerdotes —dije— provocar la muerte de una joven inocente, entonces yo me opongo a esa voluntad. Tales palabras aún no habían sido nunca pronunciadas en Gor. A excepción del aire, no había ningún sonido sobre el gran cilindro. El Supremo Iniciado se volvió hacia mí y alzó un largo dedo esquelético.
—¡Muere por la muerte llameante! —dijo.
Mi padre y Tarl el Viejo me habían hablado de esa muerte, del destino legendario que aguardaba a todos los que se oponen a la voluntad de los Reyes Sacerdotes.
“—¡Muere por la muerte llameante! —repitió el anciano pero su voz se había vuelto insegura, su gesto tenía algo de patético.
—Quizá ningún hombre pueda conocer la voluntad de los Reyes Sacerdotes —dije.
—¡Yo dispuse la muerte de la joven! —gritó el anciano con vehemencia, con su túnica agitándose alrededor de sus huesudas rodillas. “¡Matadla!” — gritó a los hombres de Ar.
Nadie se movió. Antes que alguno de los presentes pudiera detenerlo, le arrancó la espada a un Asesino, la cogió con ambas manos y se arrojó hacia donde se encontraba Talena. Temblaba histéricamente, sus ojos parecían los de un loco, su boca se contraía convulsivamente, su fe en los Reyes Sacerdotes había sido destruida. Se lanzó sobre la muchacha listo para matarla.
“¡No!” gritó uno de los iniciados. “¿Está prohibido!”
Sin hacer caso, el anciano demente se tensó para dar el golpe que debería termina con la vida de la muchacha. Pero en ese instante se vio envuelto en un resplandor azulado, y ante el terror de todos, parecía que iba a explotar echando chispas como una bomba viviente. Ningún grito salió de esa masa azulada de llamas que había sido un hombre y en un minuto la llama desapareció, casi tan rápidamente como había venido, y una polvareda de cenizas se esparcieron con el viento desde la parte superior del cilindro.
Guerrero de Gor, páginas 206-208 versión inglesa

Los Iniciados y el gobierno de la ciudad

Los Iniciados, asimismo, por ser la casta más alta de las Castas Altas, han sido desde siempre políticamente muy activos, tomando el mando de la ciudad bajo un asedio. Un ejemplo fue cuando Tarl Cabot robó la Piedra del Hogar de Ar, causando mucha disconformidad entre los ciudadanos, y la huida del Ubar, Marlenus. Durante ese periodo de tiempo inseguro en Ar, los Iniciados impusieron la ley marcial. A menudo existen tensiones entre las autoridades civiles puesto que los Iniciados tienen sus propias leyes y juzgados independientes.

“Los Iniciados habían pronunciado su sentencia”, dijo el oficial. “Han decretado un sacrificio a los Reyes Sacerdotes para preguntarles si se compadecen y podemos recuperar la Piedra del Hogar. “En ese momento detesté a los Iniciados de Ar, que al igual que otros miembros de su casta en todo Gor, que solo estaban deseosos de apoderarse de parte del poder político al cual se suponía que habían renunciado al elegir las ropas blancas de su vocación. El propósito real del “sacrificio a los Reyes Sacerdotes” era probablemente librarse de los otros candidatos al trono de Ar y, por lo tanto, fortalecer su propia posición política.”
Guerrero de Gor, pág. 102-103 versión inglesa.

“Marlenus ha huido”, dijo el oficial. “La ciudad es un caos. Los Iniciados han asumido el control y han ordenado que Marlenus y todos los miembros de su hogar y su familia sean públicamente empalados en las murallas de Ar”.
Guerrero de Gor, pág. 102 versión inglesa.

El oficial continuó: “Marlenus ha perdido la Piedra del Hogar, la suerte de Ar. Junto con cincuenta tarnsmen, traidores a la ciudad, se ha apoderado de lo que ha podido del tesoro y ha escapado. En las calles hay una guerra civil, con enfrentamientos entre las facciones que desean gobernar Ar. Hay saqueos y pillajes. La ciudad está bajo la ley marcial”.
Guerrero de Gor, pág. 102 versión inglesa

“Fue una desgracia para Ar, en el momento más crítico de su larga historia, estar en manos de la más sombria de todas las castas de hombres, los Iniciados, hábiles solo con los rituales, la mitología y la superstición.
Guerrero de Gor, pág. 186 versión inglesa.

“A menudo existen tensiones entre ellos y las autoridades civiles, ya que cada uno se juzga soberano en temas de políticas y leyes en su zona. Los Iniciados poseen sus propias leyes, y sus tribunales, y algunos de ellos están muy versados en las leyes de los Iniciados.”
Intrusos de Gor, pág. 28 versión inglesa

“Políticamente, los Iniciados sirven como herramienta de cambio entre los Ubar y las administraciones de las ciudades, pues matar a un Iniciado, incluso para el más vil de los asesinos, está considerado de mal agüero. Los asesinos, por cierto, son una de las castas bajas, y por lo tanto ignoran el Segundo Conocimiento, y como muchas castas bajas son bastante supersticiosos.

“Pa-Kur, de buena gana, aceptó esa condición. Una matanza indiscriminada de Iniciados podría ser percibida por sus tropas como un mal augurio y, además, pueden prestar un valioso servicio controlando la población. Los Ubar han utilizado siempre a los Iniciados como herramientas, considerando los más audaces que la función social de los Iniciados es la de mantener a las castas bajas satisfechas con el servilismo que les ha tocado vivir.”
Guerrero de Gor, pág. 188 versión inglesa.

Los Iniciados pueden políticamente crear o destruir a un Administrador, tal como se demostró con lo ocurrido con Kazrak, que fue Administrador después de que Marlenus fuera desterrado.

“Ha sido difícil en Ar”, dijo el hombre, “desde el derrocameinto de Kazrak, de Puerto kar, Administrador de la ciudad después del asesinato de Om, el Supremo Iniciado de la ciudad.” Kuurus había oido hablar de esas cosas. Kazrak, que había sido Administrador de la ciudad durante varios años, finalmente había tenido que abandonar el cargo debido a la agitación de ciertos grupos entre los Iniciados y los Mercaderes, que habían tenido varias quejas contra el Administrador. Kazrak había ofendido a la Casta de los Iniciados principalmente por haber cobrado impuestos sobre sus vastas posesiones y en ciertas ocasiones había antepuesto las decisiones de los tribunales civiles a las de los tribunales de los Iniciados. Los Iniciados, en sus interpretaciones de sacrificios y sus discursos, principalmente a las castas bajas, habían inducido a muchas ciudades a creer que Kazrak no gozaría por mucho tiempo del favor de los Reyes Sacerdotes. Tras el asesinato de Om, que había mantenido una relación de tolerancia con el Administrador, el nuevo Supremo Iniciado, Complicius Serenus, mientras estudiava los presagios en el bosk blanco sacrificado para la Fiesta de la Cosecha, con aparente horror había descubierto que se habían manifestado contra Kazrak. Otros Iniciados habían querido examinar esos presagios, que habían sido leídos en el hígado del bosk, pero Complicius Serenus, aterrorizado, había arrojado el hígado al fuego, presumiblemente con el propósito de que esos oscuros presagios fueran inmediatamente destruídos. A continuación se desplomó sobre el pilar de sacrificios, pues era bien sabido que había sido gran amigo del Administrador. Fue desde ese momento que podía afirmarse que Kazrak había perdido la confianza de la ciudad, especialmente entre las castas bajas.”
Asesino de Gor, pág. 15 versión inglesa.

Sin emgargo, en tiempos de guerra y de coacción política, es bien sabido que los Iniciados buscan ante todo su propia seguridad. Es un sensación común entre los goreanos sobre la timidez y la cobardía de los Iniciados.

“Las negociaciones de los Iniciados se basaban principalmente en garantizar su propia seguridad y, en todo lo posible, evitar el saqueo total de la ciudad. La primera condición para su rendición fue que Pa-Kur garantizara una amnistía general para ellos y sus templos. Esto era típico de los Iniciados. A pesar de ser los únicos hombres en Gor que decían ser inmortales, en virtud de los misterior que practicaban, prohibidos para los profanos, ellos eran quizás las personas más tímidas de Gor.

Los Iniciados y el sistema judicial

Una de las funciones más importantes de los Iniciados dentro de los Consejos de las ciudades es en el propio sistema judicial. Aunque los Iniciados pueden decretar una ejecución, sus códigos no les permiten ser los ejecutores. La información detallada sobre la justicia de Gor se encuentra en las páginas judiciales.
“¿Donde”, dije, “puede Pa-Kur llevar a la hija del falso Ubar para ejecutarla?”
El oficial señaló un cilindro distante. “El Cilindro de la Justicia,” dijo. “La ejecución tendrá lugar tan pronto la muchacha sea llevada”. El cilindro era blanco, un color que los Goreanos a menudo asocian con la imparcialidad. Más significativo cuanto que indicaba que la justicia dispensada en él era la justicia de los Iniciados.
Existen dos tribunales de justicia en Gor: el de la ciudad, bajo la jurisdicción del Administrador o del Ubar, y el de los Iniciados, bajo la jurisdicción del Supremo Iniciado de esa ciudad. La división corresponde aproximadamente a la que existe entre lo civil y lo que, a falta de un nombre mejor, podríamos denominar tribunales eclesiásticos. Las áreas de jurisdicción de estos dos tipos de tribunales no están bien definidas; los Iniciados reclaman la jurisdicción en última instancia en todos los asuntos, en virtud de su supuesta relación con los Reyes Sacerdotes, pero esta afirmación es cuestionada por los juristas civiles. En estos días no había, por supuesto, ningún desafío a la justicia de los Iniciados.”
Guerrero de Gor, pág. 193-194 versión inglesa.

“Los Iniciados no pueden ejecutar a sus víctimas ellos mismos, pues el derramamiento de sangre está prohibido por esas creencias que consideran sagradas”.
Guerrero de Gor, pag. 204 versión inglesa.
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Mensaje  Morgana Dom Oct 17, 2010 2:42 pm

El lado oscuro de la casta

Dentro del juego de la política, los Iniciados hicieron todo lo posible por hablar de justicia y de paz, sin embargo parace que los Iniciados son capaces de subterfugios, a pesar de que sus propios códigos lo prohiben.

“Llevaba un traje negro con una franja blanca delante y detrás. Kuurus supo que podía ser ese hombre, que vestia el negro de los asesinos, pero no completamente de negro, el que deseaba hacer tratos con él. Kuurus sonrió amargamente. Se rió de la franja de color blanco. Su túnica, dijo Kuurus para sí, es tan negra como la mía. Cuando el hombre que estaba cerca de la madera humeante se volvió hacia él, Kuurus descendió la colina. Ahora era bienvenido. Kuurus sonrió. El hombre no le saludó, tampoco Kuurus levantó su mano con la palma hacia adentro diciendo: “Tal”.
Era un hombre extraño, pensó Kuurus, Su cabeza estaba totalmente desprovista de pelo, incluso le faltaban las cejas. Quizás era algún tipo de Iniciado, pensó Kuurus. Sin hablar le hombre tomó veinte piezas de oro, discotarns de Ar, de doble peso, y se los entregó a Kuurus, quien los metió en los bolsillos de su cinturón. Los Asesinos, a diferencia de muchas castas, no llevan bolsas. Kuurus miró con curiosidad los restos de la hoguera. Sólo un pedazo de madera por aquí y por allá, algunos de los troncos, sin embargo, aún humeaban y otros mantenían dentro de sí el rojo del fuego que recordaban, pero la mayoría estaban simplemente carbonizados, muertos, manchados con el aceite, mojados con el vino. “Debe hacerse justicia”, dijo el hombre.
Kuurus no dijo nada, tan solo miró al hombre. A menudo, aunque no siempre, ellos hablan de justicia. Les complace hablar de justicia, se dijo a sí mismo. Y de lucha. Les relaja y les da paz. No hay nada como la justicia, dijo Kuurus para sí. Tan solo existe el oro y el acero. “¿A quién hay que matar?” preguntó Kuurus.
Asesino de Gor, pág. 4 versión inglesa.

Los Reyes Sacerdotes en los Iniciados

Por otro lado, los Reyes Sacerdotes no tienen mucho que decir sobre estos “santos” hombres. Los Reyes Sacerdotes, sin embargo, los consideran inofensivos, aunque extraños.

“La actitud de los Reyes Sacerdotes hacia los Iniciados, como recordé después de haber estado una vez en las Sardar, es generalmente de desinterés. Les consideran inofensivos. Muchos Reyes Sacerdotes les toman como evidencia de las aberraciones de la raza humana”.
Intrusos de Gor, pág. 29 versión inglesa.

Código de Casta

Cada casta dispone de un conjunto de enseñanzas éticas o Códigos de Casta, que constituyen, básicamente, en una lsita de normas de conducta a las que deben someterse todos los miembros de la casta. Algunas de esas enseñanzas se transmiten a través de refranes, profundos o por el contrario, algunos simples acertijos. Aunque no está indicado en las leyes, en el mundo goreano la mayoría de las cosas que son éticamente correctas también son legalmente correctas. Naturalmente existen esos predicamentos donde el debate entre ética y legalidad es bastante diverso, como en el caso de la violación de dos esclavas. A menudo, los códigos de casta tienen más relación con el honor y la integridad personal de los hombres. Simplemente cada conjunto de códigos de casta determina un comportamiento enfocado a la especialidad de los miembros de esa casta en concreto.

“Sus códigos les impiden matar pero se que contratan hombres de otras castas para ese propósito”.
Reyes Sacerdotes de Gor, pag. 297 versión inglesa.

“Los Iniciados, dicho sea de paso, no tienen permitido llevar armas debido a sus códigos de casta, ni tampoco les está permitido herir o matar, y por consiguiente contratan hombres con ese propósito”.
Asesino de Gor, pag. 267 versión inglesa

Una Casta controlada

Los Iniciados, vanos, autosuficientes y controlados, no solamente se inmiscuyen en asuntos de estado para asegurar el soporte financiero a su casta, sino también en el campo de la medicina. La Dar-kosis, que se piensa es incurable, es un ejemplo. Los Médicos durante los primeros años del gobierno de Marlenus, descubrieron una vacuna para prevenir la Dar-kosis. Sin embargo, los Iniciados, aduciendo que la Dar-kosis es una enfermedad vinculada a la humanidad por los Reyes Sacerdotes por afrentas hacia ellos, no desean que esta vacuna sea conocida, y mucho menos que esté disponible para la población en general, y por lo tanto destruyeron toda evidencia de esa vacuna, así como los trabajos de investigación. Evidentemente, el Alto Iniciado que ordenó la destrucción de la vacuna acabó muriendo de esa enfermedad.

“Me pareces un buen médico, por lo que he visto y oido”, dije.
“En el año cuarto y quinto del mandato de Marlenus,” dijo él, mirándome sin alterar la voz, “fui el primero de mi casta en Ar”.
Tomé un trago. “Entonces”, dije, “¿tu descubriste el paga?”
“No”, dijo él.
“¿Una muchacha?”, pregunté.
“No”, dijo Flaminius sonriendo. “No”. Tomó otro trago. “Pensaba encontrar”, dijo, “una inmunización contra la Dar-kosis”.
“La Dar-Kosis es incurable”, dije.
“En aquel tiempo”, dijo, “hace siglos, los hombres de mi casta afirmaban que la vejez era incurable. Otros no aceptaron esto y continuaron trabajando. El resultado fueron los sueros de estabilización”.
La Dar-Kosis, o Enfermedad Sagrada, o Santa Desgracia, es una enfermedad virulenta y grave de Gor. Los enfermos, a los que habitualmente se les llama Los Afectados, no pueden pertenecer a la sociedad. Vagan por la región cubiertos de harapos amarillos, golpeando una especie de sonajero de madera a su paso, algunos de ellos son voluntariamente llevados a los pozos de Dar-Kosis, varios de los cuales están en las proximidades de Ar, donde se les alimenta y se les lleva bebida y permanecen, por supuesto, aislados, pues la enfermedad es extremadamente contagiosa. Aquellos que la contraen son considerados legalmente muertos.
“La Dar-Kosis”, dije, “se considera que es sagrada para los Reyes Sacerdotes, y aquellos que la padecen se consagran a los Reyes Sacerdotes.”
“Una enseñanza de los Iniciados”, dijo Flaminius amargamente. No existe nada sagrado en la enfermedad, en el dolor o en la muerte”. Tomó otro trago.
“La Dar-Kosis”, dije, “es vista como un instrumento de los Reyes Sacerdotes, usado para castigar a todos aquellos que les desagradan.”
“Otro mito de los Iniciados”, dijo Flaminius disgustado.
“¿Pero cómo sabes tú eso?”, le requerí.
“No me preocupa”, dijo Flaminius, “si eso es verdad o no. Soy un médico”.
“¿Qué pasó?” pregunté.
“Durante muchos años”, dijo Flaminius, “y esto ocurrió antes del 10.110, el año de Pa-Kur y su horda, yo y otros trabajamos secretamente en el cilindro de los Médicos. Consagramos nuestro tiempo, esas horas al día que podíamos trabajar, al estudio, la investigación, las pruebas y el experimento. Lamentablemente, por resentimiento y por oro, información sobre nuestro trabajo llegó a oidos del Alto Iniciado, a través de un médico al que habíamos expulsado de nuestro equipo por incompetente. El Cilindro de los Iniciados pidió al Alto Consejo de la Casta de los Médicos que pusiera fin a nuestro trabajo, no solo que fuera discontinuado sino que los resultados hasta esa fecha fueran destruídos. Los Médicos, y estoy orgulloso de decirlo, estuvieron de nuestro lado. Existe cierto aborrecimiento entre los Médicos y los Iniciados, igual que entre los Escribas y los Iniciados. El Cilindro del Alto Iniciado pidió entonces al Alto Consejo de la ciudad que pararan nuestro trabajo, pero ellos, con la recomendación de Marlenus que entonces era el Ubar, permitió que nuestro trabajo continuara.” Flaminius rió. “Recuerdo a Marlenus hablando con el Alto Iniciado. Marlenus le dijo que pudiera ser que los Reyes Sacerdotes aprobaban nuestro trabajo o que no, que si lo aprobaban debería continuar, y si no lo aprobaban, ellos mismos, como Amos de Gor, tenían suficiente poder como para ponerle fin”.
“¿Qué ocurrió entonces?” pregunté.
Flaminius tomó otro trago y entonces me miró amargamente. “Antes de la siguiente mano de pasaje”, dijo, “hombres armados irrumpieron en el Cilindro de los Médicos; las plantas en las que estábamos trabajando fueron quemadas; el Cilindro mismo quedó seriamente dañado; nuestro trabajo, nuestros estudios, los animales que utilizábamos todo fue destruido; algunos de mis compañeros fueron asesinados, otros huyeron.” Levantó su túnica por encima de su cabeza. Vi que la mitad de su cuerpo tenía cicatrices. “Esto me lo hicieron las llamas,” dijo, “al querer rescatar nuestro trabajo. Pero fui golpeado hacia afuera y nuestros pergaminos destruídos”. Dejó caer la túnica otra vez sobre su cabeza.
“Lo siento”, le dije.
Flaminius me miró. Estaba borracho y quizás este era el motivo por el cual estaba dispuesto a hablar conmigo, uno de la casta negra. Habia lágrimas en sus ojos.
“Tenía”, dijo, “justo antes de que el fuego se propagase, una raza de urts resistentes a los organismos de la Dar-Kosis; un serum obtenido de su sangre fue inyectado en otros animales, los cuales posteriormente fueron incapaces de infectarse. Fue una tentativa, solamente el principio, pero tenía la esperanza, esperaba mucho más.”
“Los hombres que atacaron el Cilindro,” dije,”¿quiénes eran?”.
“Sin lugar a dudas esbirros de los Iniciados”, dijo Flaminius.
Los Iniciados, dicho sea de paso, no tienen permitido llevar armas de acuerdo con sus códigos de casta, ni tampoco se les permite herir o matar; de acuerdo con esto, ellos contratan hombres con esta finalidad.
“¿Los hombres no fueron detenidos?” pregunté.
“La mayoría escaparon”, dijo Flaminius. “Dos de ellos fueron apresados. Éstos, de acuerdo con las leyes de la ciudad, fueron llevados al tribunar del Alto Iniciado para su primer interrogatorio” Flaminius sonrió amargamente. “Pero escaparon”, dijo.
“¿No has intentado retomar tu trabajo?” le pregunté.
“Todo desapareció,” dijo Flaminius, “los archivos, nuestros equipos, los animales; algunos de mis compañeros fueron asesinados; aquellos que sobrevivieron, en su mayor parte, no desean continuar el trabajo”. Tomó otro trago de paga. “Además, dijo, “los hombres de los Iniciados, si empezábamos de nuevo, solamente hubieran necesitado coger antorchas y acero otra vez”.
“¿Y qué hiciste?, dije
Flaminius rió. “Pensé cuán loco era Flaminius”, dijo, “y volví una noche a las plantas en las cuales habíamos trabajado. Permanecí allí, en medio de las ruínas, de los muros quemados. Y reí. Y me dí cuenta entonces de que no podría luchar contra los Iniciados. Que ellos acabarían ganando.”
“Yo no pienso eso” le dije.
“La superstición”, dijo él, “proclamada como verdad, siempre conquistará a la verdad, ridiculizada como superstición.”
“Yo no creo eso” le dije.
“Y me reí”, dijo Flaminius, “y me di cuenta de que lo que mueve a los hombres es la codicia, el placer, el poder y el oro, y que yo, Flaminius, que había dedicado mi vida infructuosamente a vencer una enfermedad, era un loco”.
“No eres un loco”, dije.
“No por más tiempo”, dijo él. “Dejé el Cilindro de los Médicos y al día siguiente entré al servicio de la Casa de Cernus, donde he permanecido durante muchos años. Estoy contento aquí. Estoy bien pagado. Tengo mucho oro y algo de poder, y puedo elegir entre las muchachas de seda roja. ¿Qué hombre podría pedir más?”
“Flaminius”, dije.
Me miró sobresaltado. Entonces rió y sacudió su cabeza.
“No”, dijo, “he aprendido del menosprecio de los hombres. Este es el motivo de que ésta sea una buena casa para mi”. Me miró, borracho, con odio. “Desprecio a los hombres”, dijo. Entonces se rió. “Es por eso que estoy bebiendo contigo”.
Asentí con la cabeza y di la vuelta para marcharme.
“Una cosa más de esta pequeña historia”, dijo Flaminius. Levantó la botella hacia mi.
“¿De qué se trata?”, pregunté.
“En los juegos de En’Kara, en el estadio de los Blades,” dijo, “vi al Alto Iniciado, Complicius Serenus”.
“¿Y qué? dije.
“Él no lo sabía,” dijo Flaminius,”ni lo sabría durante al menos un año”
“¿Saber qué?” pregunté
Flaminius rió y se sirvió otra copa. “Que se estaba muriendo de Dar-Kosis”, dijo.
Asesino de Gor, pág. 265-269 versión inglesa.
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Mensaje  Morgana Dom Oct 17, 2010 2:43 pm

CREENCIAS Y PRÁCTICAS

“La religión en Gor no es como la que podemos encontrar en la Tierra. De hecho, no se considera realmente como algo necesario para la gente de Gor, excepto quizás para los Iniciados, a los que he visto hacer referencia como “altos sacerdotes” a pesar de que esto no es correcto”
Bailarina de Gor, pág. 279 versión inglesa.

La religión en Gor, aunque muy distinta a lo que se conoce en la Tierra, todavía mantiene gran cantidad de similitudes. Existen grupos religiosos específicos que se encuentran en Gor y que también pueden hallarse en la Tierra (por ejemplo los Torvaldslander que creen en los dioses vikingos Odin y Tor), muy probablemente por el hecho de que muchas personas de Gor tienen antepasados terrestres. Probablemente, la mayor diferencia con la religión de la Tierra es que “dios” no es un término usado por los goreanos. Aunque existen aquellos que creen que los Reyes Sacerdotes son algo parecido a dioses, no se refieren a ellos como “Dios”.

La gente de Gor, debido a su confianza en la honestidad y en el honor, acepta muy facilmente en los magos y creen que sus ilusiones son reales. Más que ser “religiosos” tal como nosotros lo entendemos basado en la religión, los goreanos son un poco más terrestres en sus creencias y se sabe que son bastante supersticiosos, especialmente los de las castas bajas, y a menudo consultan a los adivinos y a los videntes.entre otros. En los libros hay evidencias de que se comentan muchas cosas, desde libros de oraciones e himnos hasta incluso creencias sobre amuletos mágicos. No es extraño encontrar goreanos quemando incienso en un esfuerzo por aplacar a los Reyes Sacerdotes y así poder tener una abundante cosecha.

“Allí había varias hileras de casetas en una amplia arcada, donde podían comprarse mercancías de diversos tipos, normalmente baratas y de baja calidad. Había tapices pequeños y pobremente tejidos, amuletos y talismanes, cuerdas con nudos de oración, papeles conteniendo alabanzas a los Reyes Sacerdotes, que podían ser recitadas por uno mismo; numerosos ornamentos de cristal y metal barato; perlas de sorp del Vosk ensartadas; broches de concha pulida; alfileres con cabezas talladas en cuerno de kailiauk, dientes de la suerte de sleen; bastidores con ropas de tela de rep, velos y túnicas en varios colores de castas; cuchillos baratos y cinturones y bolsas; frasquitos conteniendo perfumes, de los cuales se hacen afirmaciones extraordinarias; y pequeñas réplicas del estadio de carreras de tarn hechas de arcilla pintada”.
Asesino de Gor, pág. 155-156 versión inglesa.

“Algunas personas de Gor queman incienso, pidiendo a los Reyes Sacerdotes cosas tales como mejores cosechas y éxito y calamidades para los enemigos”.
Bailarina de Gor, pág. 280 versión inglesa

“Los goreanos tienden a tomar este tipo de cosas como el honor y la verdad muy en serio. Es más probable ser un blanco fácil para un charlatán o un timador, de lo que podría ser la persona más sospechosa y cínica de la Tierra. Sin embargo, no es prudente mentir a un goreano. No les gusta”.
Magos de Gor, pág. 255 versión inglesa.

“Los goreanos suelen aceptar lo que ven, aceptando la evidencia de sus sentidos, por decirlo así. Por ejemplo, muchos goreanos creen verdaderamente que los lectores de mentes de los carnavales pueden ciertamente leer la mente de una persona. Y muchos goreanos creen realmente que los magos del carnaval pueden hacer desaparecer en el aire a una muchacha y luego volverla a traer de la misma forma. Los auspicios, por cierto, son muy habituales en Gor antes de iniciar una campaña, un negocio, etc. Muchos goreanos están preocupados por cosas tales como las huellas de las arañas y los vuelos de los pájaros. Del mismo modo en Gor, como en la Tierra, hay una clientela, especialmente en tiempos inciertos o conflictivos, para todos aquellos que proclaman ser capaces de leer el futuro, decir la buenaventura y cosas similares”.
Magos de Gor, páginas 62-63

“Con respecto a cosas tales como un mago haciendo desaparecer a una muchacha en el aire, los goreanos, especialmente los de las castas bajas, que solamente tienen acceso al Primer Conocimiento, se toman estas cosas muy en serio, creyendo que no son testigos de un truco de magia sino que se trata de un fenómeno milagroso consecuencia de los dones y los poderes de personas poco comunes como los magos y los hechiceros. Factores tales como el primitivismo de ese mundo, el aislamiento y la individualidad de las ciudades de Gor, la disparidad de culturas y las escasa comunicaciones juegan un papel importante en este tipo de creencias. Además, los goreanos no ven su mundo como un reloj mecánico con mecanismos independientes, como una máquina grande y predicible, dócil a las ecuaciones, obediente a las abstracciones, sino como un juego de azar, inexplicable, sin sentido y aleatorio en el núcleo. Su metáfora fundamental en base a la cual pueden defenderse de la gloria y el misterio del mundo son los tallos de hierba, el árbol enraizado, la flor, que les hace sentir el mundo vivo y libre. Dibujan ojos en sus barcos para que puedan ver, y si siente eso por sus navíos, ¡piensa cuánta más reverencia y asombro debe sentir cuando contempla su mundo, la inmensidad y la grandeza, la belleza y el poder! Los goreanos ven el mundo no tanto como un reto que como una oportunidad, no tanto como un dato que debe ser explicado sino una recompensa por la que regocijarse, no tanto como un problema para resolver sino como un regalo gratamente recibido”.
Magos de Gor, pág. 254-255 versión inglesa.
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Mensaje  Morgana Dom Oct 17, 2010 2:45 pm

Los Iniciados y los Reyes Sacerdotes

El símbolo de los Reyes Sacerdotes es un gran círculo de oro, que representa la eternidad, y que se sitúa en todos los templos sobre el altar mayor. La señal de los Reyes Sacerdotes que se hace con la mano, al igual que una genuflexión, es un movimiento circular.

“El símbolo de los Reyes Sacerdotes es un gran círculo de oro, el símbolo de la eternidad, situado en el altar mayor de todos los templos. El “signo de los Reyes Sacerdotes” de igual forma se hace con un movimiento circular”.
Bailarina de Gor, pág. 279-280 versión inglesa.

La mayoria de la gente de Gor nunca ha visto a un Rey Sacerdote, pero a pesar de ello saben que existen, tal como lo demuestra la Llama de la Muerte. No los ven como dioses pero si que los ven como seres inmortales. Sin embargo, la población en general no cree en el más allá. De hecho, muchos goreanos ni tan siquiera consideran esa idea –excepto, por supuesto, los Iniciados que intentan educar a la gente de Gor para que crea lo contrario.

“Los Reyes Sacerdotes”, dijo mi padre, “son inmortales, o al menos eso es lo que cree”.
Guerrero de Gor, pág. 29 versión inglesa.

“Mientras que los Iniciados tienden a ser tomados con poca seriedad por parte de las castas altas, o por las personas más inteligentes de la población, excepto en asuntos de alianzas políticas, sus enseñanzas y su supuesta capacidad para interceder ante los Reyes Sacerdotes, y aún más por el bienestar de sus seguidores, la mayoría de las castas bajas se los toman muy en serio. Y muchos hombres, que sospechan que los Iniciados y sus afirmaciones y pretensiones, son un fraude, también evitarán entrar en conflicto con esa casta. Esto es especialmente cierto con los líderes civiles, los cuales no desean que los Iniciados usen su poder para volver a las castas bajas contra ellos. Y, después de todo, son los que más saben sobre los Reyes Sacerdotes, además del hecho obvio de que existen. La barrera invisible alrededor de las Sardar es la evidencia de eso, y el control, con la llama de la muerte, de las armas ilegales y de los inventos. Los goreanos saben que existen los Reyes Sacerdotes. Lo que no saben, por supuesto, es su naturaleza. Aquí es donde el papel de los Iniciados resulta más poderoso. Los goreanos saben que existen los Reyes Sacerdotes quienes quiera que sean. También se enfrentan a una casta con poderes sociales y económicos que pretende ser capaz de interceder entre los Reyes Sacerdotes y la gente común. ¿Qué pasa si alguna de las afirmaciones de los Iniciados resulta ser cierta? ¿Qué pasa si pueden influir en los Reyes Sacerdotes? Los goreanos corrientes tienden a ir a lo seguro y honrar a los Iniciados. Sin embargo, se mantienen la margen de ellos siempre que sea posible. Esto no significa que no contribuyan a sus templos y a sus gastos para aplacar a los Reyes Sacerdotes”.
Intrusos de Gor, pág. 28-29 versión inglesa.

““La religión en Gor no es como la que podemos encontrar en la Tierra. De hecho, no se considera realmente como algo necesario para la gente de Gor, excepto quizás para los Iniciados, a los que he visto hacer referencia como “altos sacerdotes” a pesar de que esto no es correcto. Los Reyes Sacerdotes no son “de otro mundo”, pero son, de hecho, una especie alienígena. Sin embargo, para la gente de Gor o al menos para la mayor parte de la gente de Gor, los Reyes Sacerdotes son un misterio al no a ver visto nunca a ninguno. Algunas personas de Gor queman incienso, pidiendo a los Reyes Sacerdotes cosas tales como mejores cosechas y éxito y calamidades para los enemigos. Las peticiones de los goreanos a los Reyes Sacerdotes están supeditadas a cosas muy específicas y muy prácticas. Muchos goreanos se muestran escépticos con respecto a la otra vida, o al menos parecen contentos con esperar a ver qué pasa. Los goreanos realizan sus ritos, recitan sus oraciones, etc. en pie. El goreano tiende a ver a los Reyes Sacerdotes no como sus amos sino como sus potenciales aliados, a los cuales, con suerte, se puede adular y sobornar con regalos. La única casta goreana que oficialmente cree en la otra vida es la de los Iniciados, y creen que es solamente para ellos, al considerar que está conectado con la realización de rituales secretos, la adquisición de conocimientos secretos, especialmente en matemáticas, y evitando comer ciertos alimentos. Los Iniciados visten normalmente de blanco y tienen su cabeza afeitada, se abstienen de tomar alcohol y se supone que algunos alimentos. En algunas ciudades tienen bastante poder y en otras un amplio control de la vida de la comunidad. Sus templos están profusamente decorados y ornamentados, aunque hay muchos que parecen muy austeros, dependiendo de la ciudad o del gusto de la comunidad. El Iniciado Jefe dice ser el jefe de todos los iniciados, pero al parecer hay un Iniciado Jefe en todas las ciudades, todos ellos haciendo la misma afirmación.... Las castas bajas parece que se toman más en serio las enseñanzas de los Iniciados que las castas altas”.
Bailarina de Gor, pág. 279-280 versión inglesa.

“Cabe señalar que a pesar del temor y la reverencia que muchos goreanos sienten hacia los Reyes Sacerdotes, no piensan que ellos crearan el mundo o que puedan influir en el mundo según su voluntad. Más bien ven a los Reyes Sacerdotes como sus hijos, también, al igual que el sleen, y el hombre y a la gota de lluvia”.
Magos de Gor, pág. 255 versión inglesa.
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Mensaje  Morgana Dom Oct 17, 2010 2:47 pm

EL FUNERAL Y LA OTRA VIDA

La otra vida

La creencia en la otra vida, o en la vida eterna, tal como comentado anteriormente, es que solamente los Iniciados pueden alcanzar la vida eterna, gracias a las enseñanzas en matemáticas y evitando impurezas. Las mujeres, sin embargo, al no poder ser un Iniciado, no tienen ninguna posibilidad de obtener la vida enterna.

“Dicho sea de paso, se enseña a los Iniciados que solamente ellos pueden obtener la vida eterna. La pauta para conseguirlo tiene algo que ver con el aprendizaje de las matemáticas, y evitando las impurezas de la carne y las judías. Esta particular enseñanza de los Iniciados, es interesante señalar, es tomada poco en serio por la población en general. El sentimiento general de los goreanos es que no hay razón para que los Iniciados o solamente los Iniciados, puedan vivir eternamente. Los iniciados, a menudo temidos por las castas bajas, son también considerados un poco raros y a menudo figuran entre los chistes burlones. Ninguna mujer, por cierto, puede llegar a ser Iniciado. En consecuencia, tampoco ninguna mujer puede obtener la vida eterna. Muchas veces he pensado que los Iniciados, si fueran más inteligentes, podrían tener mucho más poder del que poseen en Gor. Por ejemplo, si pudieran fusionar sus supersticiones y leyendas, y sus mitos, con un genuino mensaje moral de un tipo o de otro, podrían parecer más serios para la población en general si hablasen con más sentido la gente sería menos sensible a las tonterias, o se sentiría menos molesta; además podrían enseñar a todos los goreanos que siguiendo sus rituales, obtendrían la vida eterna; que podrían ampliar el alcance de su mensaje, y utilizar sutilmente el miedo a la muerte en favor de sus proyectos; por último, deberían apelar más a las mujeres de lo que lo hacen, ya que, en muchas ciudades goreanas las mujeres, de uno u otro tipo, tienen a su cargo la instrucción de los niños en los cruciales primeros años. Ese sería el momento de inculcarles, mientras son inocentes y confiados, sobre las rodillas de su madre o de su cuidadora, con supersticiones que podrían, en sus cerebros sencillos, controlarle de forma sutil durante el resto de sus vidas. Tan simple como un ajuste en la promesa de vida eterna para las mujeres, que actúan de acuerdo con sus enseñanzas, instruyendo a los jóvenes, podría tener mucho efecto. Pero los Iniciados, como muchas castas goreanas, están muy ligados a la tradición. Además, eran bastante poderosos. Muchos goreanos se toman con más seriedad su pretensión de ser capaces de aplacar e influir en los Reyes Sacerdotes. Era más de lo que necesitaban para tener un poder considerable”.
Intrusos de Gor, pág. 29-30 versión inglesa.

La búsqueda de la inmortalidad

Aunque en general la gente no piensa en la inmortalidad, hay personas que sí lo hacen, y van a las Sardar en busca de los secretos de dicha inmortalidad. Antes de que Tarl Cabot realizara su propia aventura en las Sardar, nadie había regresado. Así, surgió la superstición popular de que ir allí significaba morir, lo que no hizo más que colaborar en la causa de los Iniciados.

“A veces”, dijo mi padre, con su mirada perdida, “cuando los hombres envejecen o están hartos de la vida, asaltan las montañas, bucando el secreto de la inmortalidad en los riscos. Si han encontrado su inmortalidad, ninguno lo ha confirmado, pues ninguno ha vuelto a las ciudades”. Me miró. “Algunos piensan que este tipo de hombres se convierten ellos mismos en Reyes Sacerdotes. Mis propias especulaciones, que no juzgo si es probable o improbable que sean ciertas como la mayoría de las supersticiones populares, es que aprender el secreto de los Reyes Sacerdotes representa la muerte”.
Guerrero de Gor, pág. 30 versión inglesa

La estructura religiosa

Los templos y monasterios, por supuesto, son sagrados y en ellos hay zonas comunes para que aquellos que no son de la casta de los Iniciados puedan permanecer. Los Iniciados son ungidos con la “Grasa de los Reyes Sacerdotes”, que sea lo que sea eso nunca ha sido descrito en los libros.

“El Alto Iniciado de Kassau, una ciudad en el extremo norte de los bosques, se sentó con su túnica blanca, con su sombrero alto, en el trono de la derecha, dentro de la barandilla blanca que separaba el santurario de los Iniciados de la zona común donde los no ungidos con la grasa de los Reyes Sacerdotes deben permanecer”.
Intrusos de Gor, pág. 25 versión inglesa.

No existe una formación religiosa formal para los goreanos, excepto por supuesto dentro de la casta de los Iniciados. Sin embargo, las personas pueden ser a menudo instruídas en ciertas oraciones, como lo demuestran las cuerdas de oración, que se parecen mucho a los rosarios de las prácticas católicas. Aún así, las plegarias y los servicios se realizan en una forma de goreano antiguo, o “Goreano Viejo”, un idioma del que poco se ha traducido al goreano contemporáneo, siendo decisión tomada exclusivamente por los Iniciados sobre qué servicios y/o plegarias traducir.

“Por extraño que parezca, existía poca formación religiosa, excepto para fomentar el temor a los Reyes Sacerdotes, y era por eso que Torm rehusó administrarlo, insistiendo en que era competencia de los Iniciados. Los temas religiosos en este mundo suelen ser bien custodiados por la casta de los Iniciados, que permite a miembros de otras castas escasa participación en sus sacrificios y sus ceremonias. Me dieron algunas oraciones a los Reyes Sacerdotes para que las memorizara, pero estaban en Goreano Antiguo, un idioma cultivado por los Iniciados pero que no se habla generalmente en el planeta, y que yo nunca me molesté en aprender. Para mi deleite, aprendí que Torm, cuya memoria era fenomenal, lo había olvidado hacía años. Sentí que existía cierta desconfianza entre la Casta de los Escribas y la Casta de los Iniciados”.
Guerrero de Gor, pág. 40 versión inglesa.

“Había tapices pequeños y pobremente tejidos, amuletos y talismanes, cuerdas con nudos de oración, papeles conteniendo alabanzas a los Reyes Sacerdotes, que podían ser recitadas por uno mismo; numerosos ornamentos de cristal y metal barato; perlas de sorp del Vosk ensartadas; broches de concha pulida; alfileres con cabezas talladas en cuerno de kailiauk, dientes de la suerte de sleen; bastidores con ropas de tela de rep, velos y túnicas en varios colores de castas; cuchillos baratos y cinturones y bolsas; frasquitos conteniendo perfumes, de los cuales se hacen afirmaciones extraordinarias; y pequeñas réplicas del estadio de carreras de tarn hechas de arcilla pintada”.
Asesino de Gor, pág. 155-156 versión inglesa.

“Conversan entre ellos en goreano arcaico, lengua que la plebe ya no habla. Sus ceremonias se ofician asimismo en este lenguaje. Algunos fragmentos sin embargo, se traducen al goreano contemporáneo. Cuando vine por vez primera a Gor, me vi obligado a aprender ciertas extensas oraciones a los Reyes Sacerdotes, pero nunca llegué a dominarlas del todo, y, actualmente, hacía mucho que las había olvidado.”
Intrusos de Gor, pág. 26 versión inglesa

Las oraciones y los sacrificios, así como la lectura de augurios en los hígados de los bosk blancos, son realizados por los Iniciados, tanto en los rituales estándar como en tiempos de conflicto.

“Nela, como muchas de las otras en los baños, podía hablar sobre la alarmante desaparición y presumible abducción de Claudia Tentius Hinrabius, la orgullosa, malcriada hija del Administrador de la Ciudad. Parecía que se había desvanecido del cilindro central, de la parte destinada a las habitaciones privadas del Administrador y de su familia y sus colaboradores más allegados, casi delante de las narices de la guardia taurentiana. Saphronicus, Capitán de los Taurentianos, según se informó, estaba comprensiblemente fuera de si por la frustración y la rabia. Organizó búsquedas por toda la ciudad y las zonas de alrededor, reuniendo todos los informes que pudieran tener relación con el caso. El propio Administrador y su consorte, y otros muchos miembros de la familia, se habían encerrado en sus habitaciones, recluídos en su indignación y en su tristeza. La ciudad entera iba murmurando las noticias y cientos de rumores proliferaban a través de callejones y calles y en los puentes de la gloriosa Ar. Sobre el tejado del cilindro de los Iniciados el Alto Iniciado, complicius Serenus, ofreció un sacrificio y una plegaria por el rápido retorno de la muchacha y, que si eso no era posible, era preferible encontrarla muerta a que hubiera sido reducida a la vergüenza de la esclavitud.”
Asesino de Gor, pág. 158-159 versión inglesa.

Muchas veces, la Casta de los Iniciados es capaz de convertir a sus creencias al jefe de una aldea, generalmente a través de sobornos con oro y comercio de influencias, para gran disgusto de la gente. No es raro que la gente sea torturada y muerta por sus creencias.

“Los Iniciados utilizan a menudo su influencia y su oro, y presiones sobre comercio y mercancias, para difundir sus creencias y rituales.... A veces un cacique, convertido a través de esos medios, obliga a sus subordinados a cumplir sus propios compromisos. De hecho, esto no era inusual. También, a menudo, una conversión de un jefe puede conllevar, incluso sin el uso de la fuerza, a la conversión de todos los que le deben lealtad. Algunas veces, también, la religión de los Reyes Sacerdotes, bajo el control de los Iniciados, es propagada a sangre y fuego utilizando leyes seculares. A veces, aquellos que insisten en mantener las viejas costumbres, o son vistos haciendo la señal del puño, el martillo, sobre su cerveza eran sometidos a la muerte por tortura. Uno de los que había oido hablar había sido hervido vivo en una de las grandes barricas de madera en las cuales se hervía la carne para los criados. El agua se caliente colocando dentro del agua rocas, sacadas del fuego. Cuando la roca ha estado en el agua se retira con un rastrillo y se vuelve a calentar. Otro fue asado vivo en un asador sobre elfuego. Se dice que no emitió ningún sonido. Otro fue asesinado cuando una serpiente metida a la fuerza en su boca le desgarró la mejilla al salir buscando su libertad.
Intrusos de Gor, pág. 26 versión inglesa.

Creencias culturales religiosas

Casi de forma universal, la Casta de los Iniciados está aceptada por los goreanos como un icono religioso. Sin embargo, existen culturas específicas que se identifican por tener creencias religiosas distintas.

Los adoradores del sol

Hay una sola mención a esta secta tan pequeña de personas que adoran al sol, sin embargo, incluso este grupo solicita una plegaria a los Reyes Sacerdotes en tiempos peligrosos.

“Había una secta entre las personas que adoraba al sol, pero era insignificante tanto en número de personas como en poder comparada con los adoradores de los Reyes Sacerdotes los cuales, dondequiera que fueran, eran recibidos con honores de divinidad. Al parecer, suyo era el honor de ser consagrados como los dioses más antiguos de Gor y en momentos de peligro una plegaria a los Reyes Sacerdotes podía escaparse de los labios de los hombres más bravos”.
Guerrero de Gor, pág. 28-29 versión inglesa

• Los Torvaldslanders

A pesar de las pretensiones de la Casta de los Iniciados, las gentes del norte, especialmente los Torvaldslanders, mantenían sus antiguos dioses, aquellos procedentes de la Tierra, como Odin y Thor. Sin embargo, debido a la influencia de los Iniciados, un cabecilla puede obligar a su gente a convertirse a la fe de los Iniciados por la fuerza, o como se dice “propagado a sangre y fuego”.

“Kassau es la sede le Alto Iniciado del norte, que reclama la soberanía espiritual sobre Torvaldsland, y que se sitúa normalmente allí donde comienzan a ralear los árboles del bosque del norte. Esta afirmación, como muchos otros de los Iniciados, es cuestionada por algunos e ignorada por la mayoría. Yo sabía que los hombres de Torvaldsland, en general, si bien tienden a respetar a los Reyes Sacerdotes no les muestran especial reverencia. Ellos mantienen sus antiguos dioses y sus antiguas costumbres. La religión de los Reyes Sacerdotes, institucionalizada y controlada por la casta de los Iniciados, había avanzado poco entre los primitivos hombres del norte. Sin embargo, había arraigado en muchas ciudades, como Kassau. Los Iniciados utilizan a menudo su influencia y su oro, y su presión sobre el comercio o las mercancías, para difundir sus creencias y sus rituales... A veces, un cacique convertido a sus costumbres, puede imponer sus propios compromisos a sus subordinados. De hecho esto no era inusual. También, a menudo, una conversión de un jefe puede conllevar, incluso sin el uso de la fuerza, a la conversión de todos los que le deben lealtad. Algunas veces, también, la religión de los Reyes Sacerdotes, bajo el control de los Iniciados, es propagada a sangre y fuego utilizando leyes seculares. A veces, aquellos que insisten en mantener las viejas costumbres, o son vistos haciendo la señal del puño, el martillo, sobre su cerveza eran sometidos a la muerte por tortura. Uno de los que había oido hablar había sido hervido vivo en una de las grandes barricas de madera en las cuales se hervía la carne para los criados. El agua se calienta colocando en ella rocas, sacadas del fuego. Cuando la roca ha estado en el agua se retira con un rastrillo y se vuelve a calentar. Otro fue asado vivo en un asador sobre el fuego. Se dice que no emitió ningún sonido. Otro fue asesinado cuando una serpiente metida a la fuerza en su boca le desgarró la mejilla al salir buscando su libertad.”
Intrusos de Gor, pág. 25-26 versión inglesa.

Los Pueblos del Carro

Los Tuchuk, a pesar de reverenciar a los Reyes Sacerdotes, no les dan el rango de culto. Es al cielo ante el que un guerrero tuchuk se quita orgullosamente su casco, al cielo inmenso que formó la tierra, el bosk y a los propios .tuchuk. El bosk y sus armas con considerados también sagrados. El al cielo al que rezan pidiendo que les conceda la victoria y suerte, la derrota y la miseria para sus enemigos. Orando solamente cuando están montados en su kaiila, y con sus armas en la mano, levantan la cabeza al cielo y rezan, no como un esclavo a un amo, sino como un guerrero a su gran Ubar.

Las mujeres de los tuchuks tienen prohibido rezar. Tratan con condescendencia a sus arúspices, los chamanes de los Pueblos del Carro. Un arúspice lee los presagios y predice el futuro, proporciona cosas como amuletos, talismanes, abalorios, filtros y pociones mágicas, documentos con hechizos, dientes de la suerte de sleen, el maravilloso polvo de cuerno de kailiauk, y mágicas cuerdas de colores que, dependiendo del propósito, pueden ir anudadas de diversas formas y se llevan alrededor del cuello.

“Escuché al arúspice cantar entre los carros; por un trozo de carne él podía leer el viento y la hierba; por un vaso de vino las estrellas y el vuelo de los pájaros; por una copiosa comida el hígado de un sleen o de un esclavo. Los Pueblos del Carro están fascinados con el futuro y sus señales, y sin embargo, al escucharles hablar, parece que no confian en estas cosas, a pesar de que en realidad las tienen en gran consideración. Me dijo una vez Kamchak que un ejército de mil carros se desvió porque un enjambre de rennels, venenosos insectos del desierto similares a los cangrejos, no defendió su nido, destrozado por una rueda del carro de cabecera. En otra ocasión, hace más de cien años, un Ubar de los carros perdió la espuela de su bota derecha y por este motivo regresó desde las puertas mismo de la poderosa Ar....
Los Tuchuk y otros Pueblos del Carro reverencian a los Reyes Sacerdotes, pero a diferencia de los goreanos de las ciudades, con su casta de los Iniciados, ellos no les dan la categoría de culto. Supongo que los Tuchuk no adoran nada, en el sentido general de la palabra., pero si que es verdad que ellos poseen muchas cosas sagradas, entre llas el bosk y las habilidades con las armas, pero por encima de todo y el cual los orgullosos Tuchuk están dispuestos a quitarse su casco el el cielo, el simple, el vasto y bello cielo, del cual cae la lluvia que, en su mitología, formó la tierra, y los bosks, y los Tuchuks. Es al cielo que los Tuchuk rezan cuando ellos rezan, pidiendo victoria y suerte para ellos, derrota y miseria para sus enemigos. El Tuchuk, dicho sea de paso, al igual que otros Pueblos del Carro, reza solamente cuando está montado, cuando está en su silla de montar y con las armas en la mano, reza al cielo no como un esclavo a un ami, ni como un siervo a su dios, sino como un guerrero a su Ubar; mencionar también que la mujer de los Pueblos del Carro, no tiene permitido rezar, pero muchas de ellas, sin embargo, tratan con condescendencia a los arúspices, los cuales, además de predecir el furuto con mayor o menor acierto, por un precio razonable ofrecen un increíble número de amuletos, talismanes, abalorios, filtros y pociones, documentos con hechizos, dientes de la suerte de sleen, el maravilloso polvo de cuerno de kailiauk, y mágicas cuerdas de colores que, dependiendo del propósito, pueden ir anudadas de diversas formas y se llevan alrededor del cuello.”
Nómadas de Gor, pág. 27-28 versión inglesa

Después de la vida

La creencia en la otra vida, o en la vida eterna, tal como comentado anteriormente, es que solamente los Iniciados pueden alcanzar la vida eterna, gracias a las enseñanzas en matemáticas y evitando impurezas. Las mujeres, sin embargo, al no poder ser un Iniciado, no tienen ninguna posibilidad de obtener la vida enterna.

“Dicho sea de paso, se enseña a los Iniciados que solamente ellos pueden obtener la vida eterna. La pauta para conseguirlo tiene algo que ver con el aprendizaje de las matemáticas, y evitando las impurezas de la carne y las judías. Esta particular enseñanza de los Iniciados, es interesante señalar, es tomada poco en serio por la población en general. El sentimiento general de los goreanos es que no hay razón para que los Iniciados o solamente los Iniciados, puedan vivir eternamente. Los iniciados, a menudo temidos por las castas bajas, son también considerados un poco raros y a menudo figuran entre los chistes burlones. Ninguna mujer, por cierto, puede llegar a ser Iniciado. En consecuencia, tampoco ninguna mujer puede obtener la vida eterna. Muchas veces he pensado que los Iniciados, si fueran más inteligentes, podrían tener mucho más poder del que poseen en Gor. Por ejemplo, si pudieran fusionar sus supersticiones y leyendas, y sus mitos, con un genuino mensaje moral de un tipo o de otro, podrían parecer más serios para la población en general si hablasen con más sentido la gente sería menos sensible a las tonterias, o se sentiría menos molesta; además podrían enseñar a todos los goreanos que siguiendo sus rituales, obtendrían la vida eterna; que podrían ampliar el alcance de su mensaje, y utilizar sutilmente el miedo a la muerte en favor de sus proyectos; por último, deberían apelar más a las mujeres de lo que lo hacen, ya que, en muchas ciudades goreanas las mujeres, de uno u otro tipo, tienen a su cargo la instrucción de los niños en los cruciales primeros años. Ese sería el momento de inculcarles, mientras son inocentes y confiados, sobre las rodillas de su madre o de su cuidadora, con supersticiones que podrían, en sus cerebros sencillos, controlarle de forma sutil durante el resto de sus vidas. Tan simple como un ajuste en la promesa de vida eterna para las mujeres, que actúan de acuerdo con sus enseñanzas, instruyendo a los jóvenes, podría tener mucho efecto. Pero los Iniciados, como muchas castas goreanas, están muy ligados a la tradición. Además, eran bastante poderosos. Muchos goreanos se toman con más seriedad su pretensión de ser capaces de aplacar e influir en los Reyes Sacerdotes. Era más de lo que necesitaban para tener un poder considerable”.
Intrusos de Gor, pág. 29-30 versión inglesa.

Las Ciudades del Polvo

Los goreanos no creen en algo después de la muerte como muchos de los terrestres hacen. Las Ciudades del Polvo es la creencia goreana de su “hogar” final o lugar de descanso tras la muerte. Estas citas son la recopilación completa de lo que se habla con respecto a las Ciudades del Polvo en los primeros 25 libros de la serie. Como se puede ver, no explican mucho de ese enigmático lugar de los muertos.

“Estaba mareado, inquieto. Parecía que mi visión se volvía borrosa y que no podía moverme. Todo se puso negro por un momento, pero di una sacudida y apreté los dientes, respirando el aire frío y cortante de la montaña, una, dos, tres veces, lentamente, retomando en mis pulmones el contacto con la realidad, tranquilizándome al ver que estaba vivo, y no soñando, que mantenía en mis manos la carta con una fecha increíble, enviada hacía más de trescientos años antes en las montañas de New Hampshire, escrita por un hombre que presumiblemente, si todavía vivía, tenía, si calculaba el tiempo, no más de cincuenta años de edad – mi padre. Incluso ahora puedo recordar hasta la última palabra de la carta. Pienso que llevaré su mensaje simple y abrupto marcado en las células de mi cerebro, hasta que, como se dice en otros sitios, haya vuelto a las Ciudades del Polvo”.
Guerrero de Gor, pág. 11 versión inglesa.

“¿Quién eres? preguntó.
Permanecí en silencio.
“Eres un proscrito”, dijo. “Es lo que puedo ver por la falta de insignia en tu escudo y en tu túnica”.
No vi razón para discutir su opinión.
“Proscrito”, dijo, “¿cuál es tu nombre?”
“Tarl”, respondí
“¿De qué ciudad?” preguintó. Era la inevitable pregunta.
“Ko-ro-ba”, dije.
El efecto fue inmediato. La muchacha, que había permanecido en pie entre nosotros, ahogó un grito. Thorn y su guerrero dieron un salto. Mi espada estaba fuera de su vaina.
“Regresó de las Ciudades del Polvo”, exclamó el guerrero.
“No,” dije, “estoy vivo, como tú”.
“Mejor que no hayas ido a las Ciudades del Polvo”, dijo Thorn. “Estas maldecido por los Reyes Sacerdotes”
Proscrito de Gor, pág. 61 versión inglesa.

“Entre lso guerreros, la mordedura de un ost se considera una de las más crueles formas de entrar en las Ciudades del Polvo, siendo mucho más preferible el pico desgarrador o las terribles garras del Tarn”.
Proscrito de Gor, pág. 118 versión inglesa.

“Había sido destruído por los Reyes Sacerdotes con tanta naturalidad como uno puede sacudir la correa de una sandalia. Había desobedecido y había sido destruído, inmediatamente y de forma grotesca, pero lo importante era, me dije a mí mismo, que había desobedecido, que él podía desobedecer, que había sido capaz de desobedecer y elegir la ignominiosa muerte que sabía le acarrearía. Había ganado su libertad a pesar de que, como dicen los goreanos, le había llevado a las Ciudades del Polvo, donde, pienso, ni siquiera los Reyes Sacerdotes se cuidarán de seguirle. Como un hombre, había levantado su puño contra el poder de los Reyes Sacerdotes y por eso había muerto, desafiante, aunque de forma horrible, con gran nobleza.”
Reyes Sacerdotes de Gor, pág. 14 versión inglesa

“¿Cuánto tiempo ha pasado desde que le viste? preguntó Vika.
“Han pasado más de siete años” dije.
Vika rió cruelmente. “Entonces”, regodeándose, “ella está en las Ciudades del Polvo”.
Reyes Sacerdotes de Gor, pág. 72 versión inglesa.

“Yo”, dijo Thurnock, con voz atronadora, “te seguiría hasta las Ciudades del Polvo”
Conquistadores de Gor, pág. 89 versión inglesa.

La búsqueda de la inmortalidad

Aunque en general las personas no piensan en la inmortalidad, existen hombres que sí lo hacen, y van a la búsqueda de los secretos de dicha inmortalidad en las Sardar. Antes de que el propio Tarl Cabot se aventurara en las Sardar, ningún hombre había regresado jamás. Por eso existe la superstición popular de que ir allí significa morir, lo cual solamente ayuda a la causa de los Iniciados.

“A veces”, dijo mi padre, con la mirada perdida, “cuando los hombres son viejos o han vivido lo suficiente, asaltan las monañas, buscando el secreto de la inmortalidad en los riscos. Si ellos han encontrado su inmortalidad, nadie lo sabe, pues nadie ha regresado a las Ciudades de las Torres”. Me miró. “Algunos piensan que esos hombres se convierten con el tiempo en Reyes Sacerdotes. Mis propias especulaciones, sin entrar a juzgar si es probable o improbable que sean ciertas las supersticiones populares, es que se ha de morir para aprender el secreto de los Reyes Sacerdotes”.
Guerrero de Gor, pág. 30 versión inglesa.

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Nota:

Debido a las diferencias entre los libros publicados, dependiendo de si han sido publicados en USA o en Europa, de si es la primera edición o versiones burlescas de los libros, el número de la página varía a menudo. Todas mis citas se refieren al original, la primera impresión de la publicación americana (ver “Los Libros” para saber editoriales y fechas) con la excepción de los siguientes libros:

• El guerrero de Gor (2ª edición, Balantine)
• Proscritos de Gor (11ª edición, Balantine)
• Reyes Sacerdotes de Gor (2ª edición, Balantine)
• Asesino de Gor (10ª edición, Balantine)
• Conquistadores de Gor (15ª edición, Balantine)
• Cautiva de Gor (3ª edición, Balantine)
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